Las princesas no lloran, y menos un sapo que se cree príncipe.
domingo, 10 de abril de 2011
¿ Por cuánto te vendes?
¿ Por cuánto te vendes?
Y si una duda te hace
señas a diez mil kilómetros,
lo dejas todo, te arrojas
sobre proas, sobre alas,
estás ya allí; con los besos,
con los dientes la desgarras:
Ya no es duda.
Tú nunca puedes dudar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario